Al amanecer cuando casi todos duermen la naturaleza se expresa creando un manto de colores que convierte este momento en una hora mágica.
Yo me encuentro observando y de repente veo unas alas blancas que se despliegan, una imagen que llevo mucho tiempo esperando poder disfrutar de ella y contemplar este maravilloso espectáculo. Una hermosa Garza blanca que limpia coloca sus plumas tranquilamente, como si por la hora hubiera regresado de una noche de fiesta lavandose la cara y peinandose.
Un reflejo sobre el agua teñida de una maravillosa luz dorada que el sol a esta primera hora acaricia.
Este es otro de los momentos mágicos que hoy día 1 de mayo la naturaleza nuevamente me vuelve a regalar.
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